martes, 24 de abril de 2012

De los 42 y otros desesperos

Me cuesta creer que haya pasado más de un año
 y yo no haya vuelto a escribir 
y a publicar algo en este medio 
pero es la verdad, vamos a ver si este es el remedio
 o solo es una convulsión 
generada por un sentimiento de culpa.



En pocos días cumplo mi segundo tercer aniversario en Puerto Ordaz. En estos ires y venires que me han hecho autobautizarme "nómada" es la segunda vez que vivo en esta ciudad y por segunda vez alcanzo los tres años en ella y me pregunto si ha llegado el momento de decirle adiós al camino y de convertir la tienda de campaña en cabaña y aprestarme a permanecer acá mucho más tiempo. 
Pronto se cumplirán seis años del día que decidí dejar esta ciudad para intentar recuperar una relación que no sabía que ya no tenía, seis años de desarmar un hogar, una vida, para ir en pos de una felicidad que no sabía que ya no tenía, seis años en los que no he dejado de preguntarme si una nueva relación que incluya amor será posible.
No sean inocentes. No crean que estos seis años solo han servido para lamentar lo perdido, eso fue al principio. Dos relaciones estables han tenido lugar, lo malo es que ninguno de los dos casos vino acompañada del amor, los intentos fueron muchos más y el resultado el mismo aunque darme cuenta me llevó menos tiempo y mantener el parapeto era mucho más complicado porque mi intolerancia era mayor.
He visto mucho en estos seis años: hombres que dijeron amarme luego de una noche de sexo promedio, hombres que me cautivaron antes del primer beso y que no supe conquistar, hombres a los que solo me unió y me une la cama, pero sobre todo he visto la persistente permanencia de esos amigos que a fuerza de estar ahí se convirtieron en la familia que tanto se necesita cuando se está tan lejos de casa.
Los años pasan y a pesar de haber contestado o haberle hallado respuesta a muchas de las preguntas, son más las interrogantes que se han ido generando en mi mente y en mi corazón con el pasar del tiempo. ¿Seré feliz en 10 o 15 años si sigo solo? ¿Viviré alguna vez en pareja, no solo por no estar solo sino por que el corazón me pida no separarme de ese hombre ni una sola noche? ¿Aprenderé a dejar de consolar el corazón con sexo? ¿Dejaré de necesitar consuelo?
Mientras tanto sigo tanteando, sigo conociendo, preguntándome por qué me interesan más los hombres en promedio 15 años menores que yo y por qué muchos de ellos se interesan en mi a pesar del exceso de años y de peso.
En pocos días cumpliré tres años de vuelta en esta ciudad, pocas semanas después cumpliré 43 años y de alguna manera sigo siendo el mismo carajito que se fue de su casa un 28 de febrero de hace casi 30 años pensando que quizás a dónde iba sería posible la felicidad.



Un pana colabora