miércoles, 11 de junio de 2008

Esta casa se jodió…

A modo de introducción para quienes me leen de lejos.
Hace unos dos años, aproximadamente, circuló por el ciberespacio venezolano –si es que tal cosa existe- un archivo de audio que se conoció como el de “La vieja de los mangos” o de “Los mangos y la cerca”. El archivo en cuestión no es más que una larga lista de improperios y maldiciones en un tono soez, vulgar y cargado de rabia, en boca de una pobre mujer hastiada de los excesos de los muchachos de su barriada que siempre invadían su patio para robar los mangos de un árbol que tenía en su propiedad.
Esta mujer era habitante de Los Jobitos, pueblo del municipio Miranda del estado Zulia, en la Costa Oriental del Lago de Maracaibo, ubicado del otro lado del estuario que bordea mi ciudad, Maracaibo, y localidad reconocida por la creatividad y chispa de sus habitantes a la hora de hacer comentarios y comparaciones.
La vieja en cuestión fue grabada por sus nietos, quienes simularon la incursión en el jardín de la abuela para tener oportunidad de grabarla, y muchos años después de haber hecho el registro de la molestia de la matrona este saltó a la red para convertirse en un MEME, y parte de la cultura popular maracaibera y zuliana.
Entre las muchas cosas que suelta por su rabia, la mujer, asombrada ante el descaro y el exceso que suponía que le tumbaran la cerca de palos y alambres que marcaba su territorio para llegar hasta, los que supongo muy sabrosos, mangos, sostuvo convencida “Esta casa se jodió”, pues lo que le resultaba impensable ocurrió: su privacidad fue violentada, sus bienes maltratados, todo para robarla, para obtener de ella, sin su permiso, algo que sin duda le pertenecía.
Hoy, a ocho días de que fui sometido a punta de pistola en el jardín de mi casa, conducido dentro de ella y amarrado para luego ser testigo de cómo me despojaban del fruto de muchos años de trabajo y esfuerzo de mi familia y míos, sostengo yo también que “esta casa se jodió”…
No hablemos del miedo a ser maltratado, ni de la certeza de que esos hechos pudieron ser los últimos que presenciara, no hablemos de las amenazas, del temblor incontrolable, del permanecer por una hora y media, aproximadamente, amarrado en mi propia cama –sin que se tratara de la concreción final de una fantasía sexual-.
Tampoco de la desolación que provoca ver violentado tu espacio más íntimo, a donde vas a refugiarte cuando todo va mal, donde se supone que consigues la paz y el sosiego luego de un arduo día. Tampoco del dolor físico que tan profundo miedo provoca tras permanecer tanto tiempo tenso, contraído, esperando que la fatalidad se instaurara de manera definitiva en tu propia habitación.
Hablemos más bien de cuando el mal alcanza tu intimidad, de cuando es tanta la descomposición de la gente y el mundo que seguir temblando podría causarte la muerte, sólo porque tus agresores son incapaces de entender que tienes derecho a tener miedo, que sopesar la posibilidad de morirte de un momento a otro se supone que no deba causarte ni extrañeza siquiera sólo porque a ellos no les importa y el mundo sólo se rige por sus reglas.
Ya antes fui robado, ya antes pasé sustos de muerte, esta casa, mi país, está tan jodida que lamentablemente no es la primera que soy víctima del hampa, es como que la cuarta vez en dos años, pero siempre en la calle, siempre lejos de la seguridad del hogar, nunca antes el mal había cruzado ese umbral del que hasta la semana pasada fue mi sacrosanto lugar de paz en el que esperaba morirme de viejo y en el que ahora no me atrevo a entrar solo.
Hoy, como Carmen, la vieja de los mangos, hago inventario de lo ocurrido, de lo que me ha quedado, concluyo que el problema “no son los mangos, es la cerca” y como ella, sólo veo: “el hojero… el palero… el piedrero... y la cerca tumbá…”.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Creo haber estado lo suficientemente cerca de ti en esos momentos como para poder saber sin necesidad de tu blog tu sentir tu decepcion y tu miedo. Esperaria tener para ti palabras de aliento que sustentaran un poco tu miedo y tu frustracion como : Todo saldra Bien y eso no volvera a ocurrir, pero lamentablemente en esta jungla donde vivimos la ley del mas fuerte o mas bien el mas villano se hace sentir y son ellos quienes dominan este terreno. No nos queda mas si no ser mas fuertes aun ante este tipo de adversidades enfocandonos en un lamentable sentido de la desconfianza ante cualquier persona y el refuerzo de nuestra propia seguridad, sin importar que con esta tambien consigamos un ailamiento aparente del mundo exterior. A manera personal lamento mucho o ocurrido pero agradezco a Dios Nuestro señor el hecho de seguirte teniendo con nosotros para poder abrazarte, escucharte y seguirnos deleitando con tus lineas cada vez que tocas el teclado. Un abrazo amigo.

Iliana Contreras dijo...

Carlos me ha conmovido,entristecido, enfurecido y divertido (paradójicamente), este post. No tengo más que decir que como escritura es perfecto, pero como material informativo es el peor. Lamento que hayas pasado por lamentable situación. Sé que Dios y la vida te repondrá prontamente lo que te han arrebatado a ti y a tu mamá. Feliz semana...Manikita.

EärwenElórë dijo...

ahora no ando muy inspirada... llevo dias pensando en esto que me constaste hace dias...Mi corazon y mi mente estan contigo querido amigo.

Recuerda que dentro de ti esta lo mas valioso, y nadie nadie puede quitartelo, ni invadirlo ni quebrarlo... todo en esta vida se paga, confia en la vida. Serë meldo Hobbit, nai Eru varyuva len.

Que Elberth guie tus pasos, amigo de los elfos
Que Niena te consuele y encuentres descanso.

elen síla lumenn' omentielmo

Anónimo dijo...

Este país se jodió, todos estamos jodidos... qué te puedo decir Carlitos? cómo puedo estructurar unas palabras coherentes ante el horror de lo que cada vez avanza como un cáncer que come, destroza y muta? Quizás pudiera decirte que "gracias a Dios no te pasó nada a ti y eso es lo verdaderamente importante" algo que no deja de ser verdadero pero que retumba como un eco lejano ante el estupor de tus ojos, ante los recuerdos y las pesadillas. Tampoco es consuelo que antes le haya pasado a Juan Luis, después a mi, más antes a mi hija o a una amiga o a mi vecina o a un amigo y paro de contar.
Se nos quiere condenar a la mediocridad, a la marginalidad, a lo justo para sobrevivir, como aquella descabellada idea del trueque en un pueblo perdido de la geografía de nuestro país, en vez de impulsar el conocimiento y el crecimiento.
Qué escribirte Carlitos?... todo está jodido y sólo queda ver a dónde nos conducirá la rabia (a ser víctimas o victimarios?) mientras la ignorancia facilista sigue ganando adeptos y el resto nos convertimos en una bola de nieve...
Yo se que no es la cerca... por el momento sólo puedo enviarte un abrazo, ánimos!

Sandum dijo...

Estoy impresionado por los niveles de inseguridad a los que estamos sometidos todos... Y además estoy conmocionado por que hayas tenido que pasar por eso, de verdad lamento un montón tu experiencia y espero que hagas algo para mejorar la situación (como comprar un sistema de alarmas), aunque creo que es el colmo que uno tenga que llegar a encerrarse en su casa como que si esta fuera una prisión de maxima seguridad... Lamentablem besos friend!

Juan Luis Urribarrí dijo...

No lo puedo creer... Carlitos, tu? Tu no! Cómo es posible que te unas a la horda de mentirosos que, usando los medios de comunicación, es este caso la Internet, lleven a cabo una campaña de desprestigio basados en la mentira. Es imposible, Carlitos, que algo como lo que relatas te haya ocurrido en Venezuela, por Dios!!! No seas tan mentiroso, ruin. En este país, desde hace 10 años, desde que comenzó al Revolución, la delincuencia ha sido acabada por los planes impulsados desde el Gobierno central. Ya lo dijo el ministro Rodríguez Chacín: "En Venezuela, la delincuencia es un problema superado. Allá aquellos, bastardos mediáticos, que pretenden engañar al mundo y sostener lo contrario".

P.D: Espero que se haya notado el cinismo de mis letras.

Te quiero

Un pana colabora