miércoles, 6 de agosto de 2008

Dicen que parezco obrero

Yo no es que sea un tratado viviente sobre masculinidad, no señor; tampoco es que me tongonee al caminar, hable con voz aflautada y me refiera a mi constantemente con adjetivos femeninos -de eso se encargan mis hermanos de cofradía, gracias-, pero definitivamente siempre he pensado que tan loca no me veo. Creo que ajusto como "varón estándar", si es que tal cosa existe.
Por eso siempre he dicho que podrán confundirme con casi cualquier persona, pero nunca con un obrero de la construcción ni con un camionero, pues dichos oficios ameritan condiciones básicas que, decididamente, no cumplo. Ser marico -mil disculpas, lectores de pieles sensibles- es un estilo que va más allá de la actividad meramente sexual.
Yo, definitivamente, nunca cargaré sobre mis hombros un saco de cemento, no porque me desmerezca la actividad, sino que simplemente no puedo. No puedo con el peso del saco, no podría levantarlo hasta mi hombro, y de lograrlo yo o que alguien me hiciera la caridad de levantarlo por mi, lo más probable es que terminara dejándolo caer antes que mi columna terminara de ceder, la alergia al polvillo me hiciera estornudar y gotear mis ojos, o tropezara con alguno de mis dos pies izquierdos que sólo se llevan como corresponde cuando decido salir a bailar. Un obrero de la construcción, creo, jamás bailaría como yo bailo, definitivamente no. O eso quiero creer.
Tampoco podré ser confundido con un camionero por simple sentido común: cualquiera que me vea sabría de inmediato que no hay forma que yo, sentado correctamente al volante de un camión, alcance los pedales. Medir 1,60 tiene su precio. Por otro lado, manejar no está entre mis principales virtudes y habilidades; es cierto, tengo licencia y carta médica, pero en este país eso no es garantía de nada.
A eso sumémosle que de chamo aprendí a cuidar mi piel, a exfoliarla, hidratarla, tonificarla y el resto de las "arlas" que correspondan. Me preocupé por cuidar mi cabello, por llevar el corte indicado según el momento histórico -eso que los simples llaman "peinarse a la moda"-, aprendí a combinar no sólo los colores de la ropa sino también sus texturas y tejidos, y estuve atento a todos y cada uno de los cambios y tendencias, a todo, hasta que me aburrí.
Me aburrí de ser evaluado, de ser medido por el precio de mis pantalones o por la exactitud del tono entre los zapatos y el cinturón que llevaba puestos; me aburrí de dedicarle mucho de mi presupuesto a la ropa que me pondría durante el fin de semana, me harté del calor generado en mi cabeza por el secador cada mañana antes de salir a trajinar.
Me cansé de conseguir más sexo por mis atributos físicos que por mis habilidades o por mi cerebro. En fin, me cansé de seguir el Esquema del Perfecto Gay Superficial y me dediqué a repensarme.
Pero en el ínterin de plantearme un nuevo yo aumenté 30 kilos de peso, lo cual no habría sido problema si antes pesara 30 o 40 kilos y midiera 1,80 metros, pero desafortunadamente -en vistas del resultado final, claro, está- mido 1,60 y pesaba en ese entonces 60 kilos (saca tus cuentas y déjame en paz).
También perdí el hábito de peinarme todos los días y nunca forjé el de afeitarme cada mañana, mis oscuras y profundas ojeras dejaron de preocuparme y el dinero de las limpiantes, exfoliantes, hidratantes y tonificantes se convirtió por arte de las relaciones sociales en idas al cine, cerveza, cenas tardías y muy pesadas, cigarrillos e internet, entre otros asuntos realmente importantes.
Me dediqué a teorizar, a formular mis muy personales reglas de vida, a desarrollar un Manual Interno e Individual de Saberes y Conductas para un Homosexual Venezolano Convencido de su Derecho a ser Feliz.
Me dediqué a aprender, mucho o poco, pero a aprender; mi esfuerzo se volcó en entenderme para entender al otro, a aprender a quererme para poder querer al que apostara por el que soy detrás de ésta mi descuidada apariencia.
Más de la mitad de mi vida dedicada a este objetivo para que hoy, uno que ha vivido menos de la mitad que yo, venga y me diga: "De pana, te voy a dar un consejo: cuida mejor tu apariencia, pareces un obrero y no un periodista...".
Tanto esfuerzo en convertirme en el marico que siempre he soñado ser y resulta que parece que vengo de cargar sacos de cemento. Que vainas, ¿No?

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Con el afecto que me caracteriza por tu humanidad, no me queda mas que subir tu autoestima con aquel refran populoso que dice que el habito no hace al monje, sin despegarme de mi vena de mercadeo la cual puede que te llame a la rflexion con las palabras de coletilla de la mencionada frase que dicen (PERO COMO LO AYUDA)... Con cemento o sin el y con tu limitada capacidad de manejo se te quiere mas que a un hijo mongolico carlitos

Sandum dijo...

Bueno en realidad no te conozco, pero considero que algunos obreros son sexys... jajajaja Ya hablando en serio, siempre creo que hay un balance.. Y este caso debe de haber un balance en ser "El perfeto gay superficial" y verte como si de un obrero se tratase ¿No crees? Pero eso si, no lo hagas por que venga un ridiulo con consejos que empiezan con cosas como "De pana", "Te digo algo", "No es que me importe, pero"... no no no... Saludos!

Carlitos dijo...

Sandum, que gusto que sigas rondando por estos lados. Yo ayer intenté ponerme al día con tu blog pero, por Dios, eres más prolífico que 10 conejos.
Pronto me pondré al día, gracias por leerme.

Sandum dijo...

Darling! Es que te tengo en el Reader, asi que aunque te pierdas 8 meses y publiques ahi estare! You know that I love you! Saludos!

El Piloto dijo...

Que bueno leerte nuevamente! Como dice una canción de nuestra tierra: "El cuerpo es solo un estuche y los ojos la ventana de nuestra alma..."

No hagas caso de esas palabras, quien te va a querer no lo hará por tus bíceps o tus abdominales, lo hará por quien eres y eso va mas alla del cuerpo. Saludos desde Bogotá

Juan Luis Urribarrí dijo...

Juajuajua... Juajuajua... Juajuajua... Juajuajua... Juajuajua... Juajuajua... Juajuajua... Juajuajua... Juajuajua... Juajuajua... Juajuajua... Juajuajua... Juajuajua... Juajuajua... Juajuajua... Juajuajua... Juajuajua... Juajuajua... Juajuajua... Juajuajua... Juajuajua... Juajuajua...

Sin palabras... sólo Juajuajua... Juajuajua...

P.D: Te lo mereces...

willypalitos dijo...

No es q ahora quiero llamerte a la reflexion, por aquello q te dijeron, o no te han dicho. Tampoco quiero q pienses q promuevo la onda "metrosexual" difuminada por ciertos artistas y deportistas para ocultar sus tendencias, por ejemplo: Mr. Beckham, quien usa la ropa interior de su senora esposa. Lo q si quiero dejarte saber es q si el rio suena..... y no es q seamos calvos o con dos pelucas. tampoco es q ahora tienes q ir al spa, comprarte lo mas "in" de armani exchage store, y demostrar a otros, solo por una sugerencia sin fundamentos, q tu si sabes acomodarte a las propuestas estilisticas q rigen la sociedad moderna. NO, NO, Y NO SENOR, no es esto.
Recuerda de donde venimos, a donde vamos y quienes somos. La abuela Ernestina siempre nos lo dijo: "arte y constancia, hacen la elegancia." yo entiendo aquello de madurar, de no ser frivolo, de ser autentico y de desear q todos te quieran y te acepten por aquello q eres, "TU SER UNICO Y PARTICULAR," y no por aquello q aparentas; algo q no determina tu condicion de ser existente, y no imprime sustancia a tu yo. Una q otra ves perder peso, banarse, afeitarse, colocarse ropa limpia, perfumarse con la ultima fragancia de Gautier, tener un buen y adecuado corte de cabello, en fin cuidar del aspecto fisico; son solo pequenos detalles q hacen q nuestra primera impresion permanesca en la memoria de aquellos mortales q conocemos a diario en nuestra vida terrena. Aparte de abrir muchas puertas y facilitar la convivencia con otros seres humanos.
Es por esto q te digo, no permitas q personas, a quienes les falta un monton para llegar donde tu estas, te den lecciones de como escribir cuentos, quando tu ya puedes y has escritos novelas..... Anyway, de obrero, ni un pelo; de snob un monton, pero recuerda la famosa linea entre lo corecto y lo ridiculo. Asi q tu mejora lo q se debe y desecha lo q es minimo y banal. Nunca olvides q siempre nos caracterizo el decirles a otros lo q iva o no bien en cierto momento, lugar y ocasion. Recuerda q es cierto aquello de lo del habito del monje, pero es muchisimo mas cierto q "lo viste y lo ayuda."
Un abrazo...... Y animo, q algun diga veras q incluso aprenderas a manejar.

Anónimo dijo...

Esteeeeee.... me quedé pensando un rato después que leí una de las últimas frases del post y me pregunté: "y cómo se supone que debe lucir un periodista?" digo yo... Supongo que limpios, oliendo bien, peinados etc; lucimos generalmente pero hay algo de particular en la imagen de un periodista?... me disculpas la ignorancia :)

Iliana Contreras dijo...

Ay Carlos jajajajaj que risa, no creo que parezcas obrero ni nada por el estilo. Tu encantas por tu inteligencia y una infinidad de temas divertidos de conversación, siempre es grato compartir contigo. Es un comentario trivial, si te sirve de algo tómalo, sino, ya sabes de quien provino y tu mismo lo escribiste, se aprende con el tiempo cuáles son las cosas realmente importantes.
Un besote y felices días...Manikita.

Un pana colabora