sábado, 29 de marzo de 2008

De los cyberamigos a los superamigos

Sé que cuando lo diga parecerá que estoy descubriendo el agua tibia, pero tengo derecho a opinar al respecto. Tiempo y tecnología van de la mano, con ellos los modos y maneras han cambiado, no digamos en lo que se refiere a calidad de vida, comfort y todo eso, vayamos más bien a cosas más simples.


Cuando yo era chamo, para conocer gente y hacer amigos había que salir a la calle, tenías que jugar pelota -cosa a la que siempre me negué, loca al fin y al cabo- o al menos al escondido, para poder socializar, conocer y divertirte. Los juegos te permitían conocer a los otros y decidir quienes eran amigos y quienes no.
La simple razón "ese carajo es un tramposo" era más que suficiente para desconfiar de alguien y mantenerlo a raya o mantenerse uno lejos de él. Si no había confianza no había amistad.
En quienes confiamos se convirtieron en grandes amigos y los grandes amigos de la infancia, posterior adolescencia y los del tiempo de comenzar la universidad, son los que ya de adulto permanecen (al menos en mi caso) en derrededor, fieles, constantes y con las capacidades necesarias para superar los escollos propios de las diferencias que llegan con la adultez.
Pero la vida me llevó lejos de esos amigos, y luego de los amigos que hice lejos, y de los que hice más allá. Los doce años de nómada me dieron amigos en muchas ciudades, pero también separaciones dolorosas y constantes nostalgias por gente que quise y quiero y no tengo conmigo ahora, y aunque los amigos siempre siguieron llegando, cada vez son menos, y cada vez más difícil es llamarlos amigos.
Con los años nos volvemos cautelosos, ya no nos mostramos con todas nuestras virtudes y miserias, el recelo generado por el temor a sufrir, ser traicionados, o peor, que se aprovechen de nosotros, no nos deja vivir la libertad que de niños teníamos para decidir confiar, bastando las actitudes que se asumían en los juegos como única referencia. La mentira se viste de lealtad y hasta de código moral, bien lo sabemos.
Así, temeroso, desconfiado y demasiado adulto para resultar muy amigable, pasé un buen rato de los últimos años metido en las salas de chat, una en especial cuyo nombre me reservo para no hacerle propaganda a de quien no recibo ni medio. Allí, junto con otros hermanos de cofradía, armamos un grupete con el que ocultábamos nuestra mísera soledad en el anonimato de las conversaciones en línea, "conociéndonos" y "compartiendo".
Con el tiempo intercambiamos messenger, hablamos más en privado de las cosas que ni siquiera en el anonimato nos atrevíamos a decir públicamente y comenzamos un sucedáneo de la amistad bastante agradable. Con alguno hasta SMS de "buenos días", "hoy no me conectaré" o "te esperamos en el chat, dónde estás?". A falta de amigos reales, los virtuales -entendidos como que tenían las virtudes de parecerlo-, hacían las veces, "mostraban interés" y hacían la vida más llevadera.
De esos que ocuparon muchas de mis horas nocturnas por mucho tiempo, casi ninguno queda en mi vida ahora, tal y como suele ocurrir con la mentira, nada queda. O casi nada.
De una gran mentira, o mejor, de un gran mentiroso, recibí dos contactos, dos e-mails, dos nuevas ventanas en mi messenger para hablar cuando el aburrimiento agobiara.
De eso hacen ya dos años -¿o tres?- y de la nada, del simple impulso eléctrico, de los emoticones, de la compañía mientras yo preparaba clases, de la compañía que hice mientras uno de ellos hacía su tesis, de la necesidad de entender por qué alguien miente sin necesidad, de las ganas de no estar solo, de no tener a nadie cerca a quien contarle cómo estuvo el día, del carajo que me gusta, de los rollos con la gente real, de los cachos que me pegó mi ex, del abandono sin venir a cuento de su ex, de mi sueño de irme a vivir en Margarita y de la necesidad de él de salir de allá, empezamos a llamarnos amigos.
Hace dos semanas hizo el viaje, vino a casa trayendo el trofeo obtenido por su valentía al lanzarse a la aventura de creer que no todo lo que se dice por messenger es mentira. Hoy sé que si existen nuevas formas de hacer amigos, hoy sé que tengo dos buenos amigos ya no tan nuevos, a pesar que sólo hace dos semanas pude estrechar sus manos. Hoy, cuando ya no les tengo cerca los extraño, sé que los quiero, y los extraño.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Digamos que no soy un super amigo de este salon de la justicia, pero puede que si sea un super heroe de otra comiquita. Definitivamente debo decir que este articulo saco lagrimas de mis ojos, pues conozco a los integrantes de este salon. Debo recalcar que son personas especiales y que estoy relacionado con ellos de maneras extrañas y poco usuales, que se escapan de los estandares predecibles porque no hablare de "normales" esa palabra no existe. El hecho es que tanto al "Navegado de la isla" como a "su trofeo de triunfo y de atrevimiento" los quiero con todo el corazon pues son personajes como los que ya no se consiguen en los comics de hoy.

La vida de todos esta definitivamente unida por hilos, invisibles a los ojos, pero sensibles a los sentimientos. Estos ultimos los tensan y los hacen mas cercanos, a pesar de las distancias y a pesar de las paredes que nosotros mismos levantamos. Muachos. LOS QUIERO. Y al escritor, que me permite decir en su pagina lo que siento, GRACIAS y espero poder conocerte mejor...

Anónimo dijo...

Muy acostumbradoa que tu teclado me haga reflexionar sobre temas tan cotidianos como el cafe de la mañana. Muy identificado con la dependencia electronica y mas aun con la proteccion a la intimadad que ella te brinda y la posibilidad al mismo tiempo de exhibir tus mas oscuros temores y debilidades sabiendo que el monitor es una barrera invisible y el teclado el mejor instrumento de comunicacion que conoce el lenguaje justo para la ocasion. En mi caso de la que podria llamar mi cofradia tendria como es costumbre en mi CITAR una buena cancion para terminar: ALGUNOS SIGUEN HASTA HOY. GRACIAS TOTALES

Anónimo dijo...

Muy bueno el post, muchas de las cosas que escribes hacen reflexionar. Nunca me había atrevido a comentarte pero siempre te leo y en esta ocasión quise dejarte mi más sincera felicitación porque hayan esos seres especiales en tu vida a quienes puedes llamar amigos. La amistad es algo inmenso pero los amigos son tan escasos :( se pueden contar con los dedos de las manos; quizás eso es lo que le da a la verdadera amistad una gran valía.

Enhorabuena y saludos!!!

Unknown dijo...

Quiero que sepas que no te he olvidado y que siempre que quiero leer algo interesante leo tu blog...

Nota: Esta pendiente la visita a Maracaibo.

Iliana Contreras dijo...

Que buena Chapellina tu experiencia y me alegra que sea así...siempre lo he comentado, en varios blog, varias veces, el msn es una herramienta social más positiva que negativa, aún con todos sus riesgos.
Hey y con tu permiso me llevo este perfecto párrafo para mis archivos de los textos más queridos: "Con los años nos volvemos cautelosos, ya no nos mostramos con todas nuestras virtudes y miserias, el recelo generado por el temor a sufrir, ser traicionados, o peor, que se aprovechen de nosotros, no nos deja vivir la libertad que de niños teníamos para decidir confiar, bastando las actitudes que se asumían en los juegos como única referencia. La mentira se viste de lealtad y hasta de código moral, bien lo sabemos".
Qué perfecto, que verdadero...Un besote mi niña...Manikita.

Iliana Contreras dijo...

Ey Carlitos si sois vos y yo jurando que había leido un post de Chapellina...Diossssssss!!!! que locura, disculpame!!!
Bueno es el mismo deseo y hasta un poquito más grande por el tiempo que llevamos de amistad y nuestras experiencias juntos.
Igual me robo el párrafo perfecto que te dije. Es perfecto!!!!
Aprovecho para agradecer tu comentario en mi blog, de verdad me halaga tu opinión.
Un besote y que tengas felices días...Manikita.

Aclaratoria: Esta equivocación no es frecuente, ocurrió porque estoy leyendo algunos blog a escodida de mi jefe, jijijiji y tratando de responder algunos comentarios antes de salir a pauta. Tu sabes de eso!!!

Anónimo dijo...

Frecuentemente me gusta regocijarme en la idea de que los amigos son para siempre.
Ojo, no me considero ingenuo ni soñador, simplemento espero que las personas que hoy adornan mi vida, permanezcan por algunas semanas, meses y años. ¿Es mucho pedir?

Me gusta llamarle a mis amigos "Compañeros de Vida". Creo que es el término que mejor los describe, porque al fin y al cabo, la amistad no es algo con lo que se vive, sino ese sentimiento de dos personas que ayuda a construir una historia y recordar las emociones de toda una vida.

No espero verte o hablarte el día de mañana. Espero saber de tí en veinte años. No me defraudes.

Un pana colabora