domingo, 10 de octubre de 2010

Algunas razones

Pocas preguntas me resultan tan odiosas como la que viene tras la popular "¿Y tienes pareja?". Indefectiblemente y desde hace ya mucho tiempo la respuesta a esa pregunta inicial es "No", asunto que al parecer es condenable e inexplicable pues irremediablemente le sigue una de las más estúpidas interrogantes que se pueden hacer según yo entiendo el mundo: "¿Y eso por qué?".
Siempre me he cuestionado sobre si hay razones para tener o no pareja, siempre me he preguntado si sentirme solo es razón suficiente para unirme a alguien, siempre he estado convencido de que una relación sólo podrá funcionar en la medida en que esté más satisfecho conmigo mismo y menos necesidad de atención tenga, y que sólo en pleno balance y equilibrio interior podré hacer que una relación funcione.
Soy de los que prefiere escuchar "Te quiero en mi vida" antes que un "Te necesito"pues creo que un acto voluntario de entrega, plenamente consciente y fruto del reconocimiento de las virtudes del otro, aderezado con química y magnetismo, superan con creces la búsqueda de un sucedáneo de la paz interior disfrazado de amor de pareja. Creo que nadie que no esté en paz consigo mismo puede amar a otro con libertad y sin libertad hay dependencia y eso para mi no es amor.
Realmente me siento en balance y equilibrio. Esto no quiere decir que sea perfecto, ni siquiera que crea ser uno de los mejores partidos para cualquier hombre, sólo quiere decir que estoy en capacidad de respetar a quien decida compartir su vida conmigo, que le reconozco el derecho a su vida privada y a su espacio íntimo y que estoy preparado para exigir el mismo trato, que estoy preparado para el diálogo y alcanzar acuerdos y dar lo mejor de mi para cumplirlos.
Quiere decir que hablaré claro y fuerte a la hora de señalar las cosas que a mi juicio pongan en riesgo la relación y que estoy dispuesto a dar mi brazo a torcer cuando la razón no me acompañe e inclusive cuando el tenerla conmigo no me sirva de nada o haga más daño que bien.
A pesar de todo esto hoy he decidido ponerle del otro lado de la línea, detenerme a pensar qué razones tengo para estar solo, como si tal cosa fuera una decisión tomada y no algo circunstancial y coyuntural, como creo que en verdad es.
¿Por qué estoy solo? Porque quien me satisface no se interesa en mi y quien se interesa en mi me espanta. Empecemos por donde toca. Tengo 41 años, la norma dice que debo estar con un hombre contemporáneo conmigo, pero ¿qué hago para lograr que me interesen aquellos hombres que sólo buscan proezas sexuales?
Sería hipócrita de mi parte decir que le temo o le huyo al sexo y que me "conservo para cuando llegue el amor", pero les juro que no soy de los que cree que se trate de una prueba de resistencia, ni de un curso para convertirme en faquir ni pretendo rendirle homenaje a la industria de la pornografía. Tampoco me interesa ser el juguete sexual de nadie.
Tampoco quiero a nadie que "me necesite". No creo que yo solucione nada en la vida de nadie, mucho menos su soledad y no tengo fuerzas para ser el terapeuta permanente de alguien que a pesar de sus 40 o más años no ha tenido el valor de afrontar y exorcizar sus demonios, ya me merezco un descanso, combatir los míos me ha dejado cansado y necesito un respiro que aspiro dure hasta el día de mi muerte cuando también espero tener el tiempo suficiente para evaluar de corrido lo hecho y deshecho para imaginar al menos cómo me irá del otro lado esperando dar ese salto en paz.
Los cuarentones homosexuales sensatos y en paz consigo mismos deben estar escondiéndose o yo no sé reconocerlos, que alguien me muestre alguno soltero, por favor.
Ahora por donde se supone no me toca: entre 18 y 25 años. Con sorpresa, grata tengo que reconocer, me he enterado que hay mucha gente joven interesada en gente madura, que en líneas generales tienen una visión más romántica del sexo y todavía no han desarrollado las perversiones que tanto me espantan ni tienen necesidad de demostrarse a sí mismos que todavía son capaces de cualquier cosa en la cama pues no es tiempo para eso, lo están descubriendo y en la mayoría de los casos no son pretenciosos al respecto.
Muchos hombres homosexuales jóvenes serán grandes partidos en unos pocos años, trabajan, estudian y terminarán descubriendo que tienen derecho a ser quienes son y harán las reclamaciones respectivas; también madurarán en sus afectos y espero que muchos se conviertan en el hombre que necesitan ser para alcanzar la felicidad. Serán todo eso y más en unos pocos años, pero no lo son ahora, justo cuando se me preguntan por qué estoy solo.
Y lo estoy porque el único que me atreví a criar una vez crecido me dejó y ahora veo como otro disfruta plenamente de la persona que ayudé a ser y la verdad no tengo ganas de pasar por eso otra vez. No quiero ser padre, no quiero guiar a nadie, no quiero mostrar caminos ni modos de vida, no quiero enseñarle a vivir a nadie pues no estoy seguro de saber vivir y ni si lo que he hecho hasta ahora ha estado bien.
Estoy solo porque soy un inconforme, porque pienso demasiado y al parecer no he seguido mi propio consejo de no esperar el príncipe encantado.

3 comentarios:

Sandum dijo...

Me encanta la manera sincera en la que escribes, y por eso siempre estoy aquí. Sin embargo poco puedo yo aconsejarte, tal vez ¿Paciencia? La verdad no lo se, pero espero que logres superar todo esto. Saludos y un abrazo!

Joey dijo...

Increiblemente me siento fuertmente identificado con este realto, bajo el aspecto de que no me considero juguete sexual de nadie, digo qu euno nio puede sostener una relacion po rel simple miedo a la soledad, pero la vida no se basa en la simple diferencia de tener o no tener pareja, por eso tambien detesto muchas veces lapregunta.

Juan Luis Urribarrí dijo...

Coño, compa, como siempre dando en el clavo.

Saludos desde mi Cantina

Un pana colabora